Yo, que no me considero un artista, (si acaso un aprendiz de), puedo referirme, (y lo hago) a cuestiones percibidas por otros, (que sí lo son).
Y este es el caso de Andreu Martró, quien derrama sus pensamientos en el último número de la revista de Arte Revistart, (nº 144, pg. 16). Titula su artículo La mirada del autor, y entre otras cosa nos dice: "Los requerimientos mas necesarios para la construcción de una obra, sobre todo en los primeros estadios son el silencio y la concentración. Es necesario poder trabajar con atención y auténtico amor..." . Esto me hace pensar seriamente en las limitaciones sobre el proceso creativo en clases con varios alumnos, donde se entrecruzan permanentemente comentarios de todo tipo, donde impera lo trivial, lo epidérmico y la distracción continua. Tal vez por eso, pienso que mis clases nunca pasarán de servir de mero estímulo y de orientación más o menos acertada .
Mas adelante, Andreu dice algo muy bello, no me resisto a recogerlo: "El poder del arte es el de transformar tanto al que lo practica, luchando para conseguirlo, como a quien lo contempla, afinando su percepción para descubrirlo en un camino inverso". Es el milagro de la comunicación universal, de la empatía y de la búsqueda incesante de verdades, siempre en el marco de la honradez, y como el trabajito de arriba va de eso, de la comunicación... pues lo subo.
Pertenece a una serie de figuritas en diálogo que nunca enseñé.