En el retrato, sobre todo cuando se trata de referencias fotográficas, nos podemos dejar llevar por lo detallístico, lo minucioso, lo accesorio; y perdemos el sentido de globalidad que se exige a toda obra; y por ende, su esencia.
Por eso, a veces hay que acometer una fase deconstructiva y simplificadora; tal es el caso del dibujito de arriba, en el que me excedí. Ahora se lo he "mandado" a los alumnos, y he tenido que meterle la goma de borrar meses después de darlo por acabado. Cosas que pasan.