El cielo comenzó a encapotarse desde la llegada, y poco después de los inicios del cuadro la lluvia nos metió bajo los soportales la capilla. Allí, media docena de pintores apretujaditos tratábamos de resolver de memorieta el tema seleccionado: III Certámen de Pintura Rápida; en Gines. Sevilla.
Casi todos se quejaban del mal tiempo, y sin embargo, yo para mis adentros, me alegraba de la desfavorable meteorología; las luces, los contrastes, y la plasticidad de un día lluvioso hacen más atractivo el pintar, los resultados parecen demostrarlo, pues me han concedido el Primer Premio.
Además, me asignaron el número trece entre los participantes. (Para que luego hablen los supersticiosos). Así pues, tengo que tararear aquello de... que llueva, que llueva ... y decir que el trece no da mala suerte, sino todo lo contrario.