Continuo trabajando en la exposición que preparo para Alcalá. Calculo, que con media docena más de esta medida: (50x65), tendré ya la Sala completa.
La primera es de un patio de vecinos, semiabandonado y ruinoso que atrapé con la cámara paseando una mañana por la calle Sánchez Perrier.
Este tipo de patios proliferó bastante tras la postguerra española. Aunque un tanto mixtificados por la literatura neorromántica del momento, es de suponer que no se trata de un lugar muy apacible y fácil para la convivencia, entre otras cosas por la falta de intimidad de un recinto donde una sola letrina era compartida por varias familias.
La segunda acuarela es del barrio antiguo, aledaño a la muralla, en la actualidad está siendo restaurado en parte. Falta le hace.
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