Por Villarrasa, con las lluvias de esta semana pasada, las aguas del Tinto bajaban turbulentas.
Este rio singular, siempre teñido de rojos, anaranjados y amarillos indescriptibles, era un espectáculo. Entre esa azuda sobrepasada, y su orilla derecha la escorrentía era veloz, y contrastante, frente al espejo de la margen izquierda, repleto de matices y reflejos.
No hubo premio, pero sí adquisición particular.
MOLINO
Acrílico sobre tabla preparada. 100x70
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