ACUARELA: TÉCNICA Y PROCESO

Vamos a realizar una acuarela del natural.
Mañana del domingo, preparo bártulos según listado exigido por mi mala memoria. Media horita de pedaleo... y llegada a la ermita de Montequinto, junto al Gran e Infrautilizado Hipódromo de Andalucía; (a los mandamases perpétuos de Dos Hermanas les gusta que todo vaya precedido del "gran, gran", son cosas del virus faraónico-rivalizador desarrollado en los años de bonanza, frente a la metrópolis hispalense).

Pongo la radio, amenaza el termómetro con rozar hoy los cuarenta; hay que darse prisita, el agua es para la acuarela primero, y para el acuarelista la sobrante; exigencias del guión.

Rodeo el edificio, me decanto por el ángulo que observamos, pienso en la trayectoria del sol.

Ajusto el dibujo, hay que ser precisos y atender a la perspectiva, la cosa no es complicada, dos puntos de fuga

Una primera mancha con siena natural, fluida, espuerreado con pulverizador, ocupa toda la zona superior excepto el frontal del edificio, me interesa el blanco impoluto. Azul cerúleo en el cielo, y de inmediato superposición de ultramar francés en la parte superior, húmedo/húmedo, dejar que la gravedad haga el resto.

Mancha a restregado en la base del edificio, sienas natural, tostada y amarillo cadmio en pequeña dosis. Humectar.

Con los colores anteriores, descargar con pincel redondo y paletina pequeña zonas de luz y sombreadas, primera aproximación. La pared en sombra de la izquierda ofrece unos matices de viraje muy interesantes, desde el amarillento-contraluz al violáceo de la alizarina, pasando por el ultramar. Es una gozada percibir in-situ esta riqueza, entrecerrando los ojos, dejándose llevar por la imaginación, y "forzando" ligeramente la paleta. Sabemos, que cuando la acuarela seque estas exageraciones se minimizarán, así que... al ataque.

En la foto superior se puede apreciar la reserva con cinta de carrocero. Quiero que la arista de primer plano me resulte cortante. Acometo las sombras propias y proyectadas, (obsérvese esta última en el interior del dintel de acceso), es mucho más potente que el arco, y nos marca la hora exacta: 11,30 de Agosto.

En una tercera y última fase, refuerzo algunas zonas, trabajo los dos olivos con gris payne y azul índigo, (no quiero que se vuelvan protagonistas, ni caer en la trampa de los matices verdosos), salpico la base con el cerúleo, sombra tostada, realizo grafismos sueltos con en pincel de espada pelo de cabra, y aplico el pulverizador parcialmente; entramos en ese punto tan delicado en que nos "pasamos"... ¿no llegamos por mieditis?... Hay que pasarse un poco, después controlo los excesos mediante extracción y ligeros deslavados... para eso coloqué en su momento los amarillos. Así oriento los surcos del suelo.

Finalmente, me levanto, me alejo, y reposo, es entonces cuando me percato del canto ensordecedor de las chicharras que me rodean. Si fumara, sería el momento de hacerlo, -pienso-

Miro la paleta, hay restos diversos, miro la campana, le introduzco el verde ftalo debajo, y lo atenúo y modelo de inmediato, retoco levemente otras zonas. Refuerzo el contraluz de los olivos, mancho algo el primer plano y araño con la uña, (no sé por donde andará la navajita). Creo, que la acuarela está acabada. El sol en lo alto amenaza con derretirlo todo. Trago de agüita calentita... recogida de bártulos y a correr "pa" casa. Puede que haya gazpacho.

NOTA: Las fotos pueden ser ampliadas, apreciareis mejor los matices de los que hablo.