Pocos acuarelistas habrá que no se hayan sentido inspirados e incitados por rememorar a W. Turner. Fue y será el gran maestro de la luz. Un precursor "romántico" obsesionado por los efectos atmosféricos, que "flipaba" con las sutilezas y transparencias de la acuarela.
Desde una foto de la dársena del Guadalquivir, vamos a intentar acercarnos a esta tipología de acuarelas. Lo voy a hacer por dos razones: para probar el grano del papel Montval, que lo tengo defenestrado desde hace meses, y para trabajar sobre el mismo sometiéndolo a un riguroso tensado. Tras un dibujo aproximativo, descargo colores neutros-quebrados con unos tres tonos a pincel redondo de marta nº8. La composición es muy descentrada, progreso del clarito al mas oscuro, trabajo con el tablero casi vertical.
Preparo una aguada de a. nápoles y alizarina, la aplico con soltura y poca insistencia sobre la acuarela seca. Consigo un primer efecto difuminado, una "cama" sobre la que trabajar.
Retomo el pincel de marta y lo alterno con la paletina de 1/2 pulgada para definir oscureciendo, enriqueciendo y perfilando mejor, pero sin preocuparme ya por el modelo, (lo quito de en medio). Me interesa sobre todo mi acuarela, Triana es la excusa.
Sin esperar a que seque, sangro algunas zonas de luz, al tiempo descargo pinceladas de reflejos, el agua comienza a aparecer, para extraer uso el clínex; es fundamental no presionar en exceso, los vaciados bruscos crean contornos cortantes, hay que huirles.
Preparo una sopa de prusia, índigo y nápoles... y una vez seca la fase anterior la aplico con rapidez, controlo los excesos con el papel secante. De nuevo, en semihúmedo a sangrar rapidito, añado algunos matices de verde cinabrio y amarillo limón, en algunos vaciados introduzco a paletina descargas trasversales casi secas, pulverizo un poco. Se difuminan.
Cuando ya está seca, vuelvo a extraer algunas luces puntuales sin aportar apenas agua. El resultado es una acuarela invernal, donde el protagonismo descansa en la lámina cristalina de agua estanca, ligeramente alterada por la brisa mañanera, que a ráfagas modela la superficie.
Como solía hacer Turner, le introduzco un hálito de vida: unos piragüistas que se esfuerzan para no perder el ritmo.
Firmo.
Me gusta mucho esa atmósfera que has creado...todo fundido, mezclado.
ResponderEliminarSaludos.
Evaristo está bien, que partiendo de una foto, hayas conseguido un realismo atmosférico muy chulo. Pero opino que partir desde la realidad es mucho mejor, aunque pases calor y te piquen los mosquitos. Un abrazo de tu admiradora de Barna city ( que se acabará apuntando a un curso tuyo de acuarela) I.S.S.
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