Hacienda de Quintos, antes de ser rehabilitada como Museo del Olivo
Este era el aspecto exterior, que presentaba la Hacienda Baja de Quintos, hace un par de décadas. Por entonces, yo finalizaba los estudios de Antropología Cultural, y mostraba gran interés por los aspectos etnológicos de este tipo de agroindustrias; constatando su deterioro como patrimonio cultural. En su interior, totalmente desvencijada y semirrota, permanecía la viga de prensa y quintal, pieza de extraordinario valor etnográfico, y creo que único vestigio de estas características, junto a la de Ibarburu. El espacio ocupado por la viga se había habilitado para gallinero y porqueriza, y tan solo quedaba un gran caldero de cobre semienterrado entre los excrementos del ganado.
Sirva este referente, como propuesta, especialmente dirigida a mis alumnos para que se animen y recuperen en pintura las arquitecturas de nuestro entorno, no solo de nuestro término, sino de los adyacentes, ya que muchas de ellas han llegado a un nivel de degradación irreversible. Tomemos como ejemplo las fotografías que siguen:
Entrada principal de la Hacienda de Ibarburu, término de Dos Hermanas.
Interior de La Mejorada Baja
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