Junto a otros familiares, Paqui nos preparaba unas exquisitas migas; y mientras, me escapé con los bártulos al arroyo que la bordea, de allí me traje esta típica estampa.
Me llevé el caballete ultraligero, que aguantó bastante bien el peso del soporte con el agua y las acuarelas. Quizás la trabajé en exceso. Es el peligro de meterse entre la naturaleza.
Los ocres y sienas se imponían, pero los malditos verdes me atraparon en en demasía.
Es la Virgen de "Aguas-Santas", no de las "Aguas Santas" Feliz 2012
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